Durante todo el año, recibimos a los viajeros que vienen de diferentes rincones del mundo buscando algo más que un viaje turístico: ellos quieren una experiencia del alma. Así que Tariq y yo los acompañamos a templos milenarios, a palacios llenos de historia y nos adentramos en mercados llenos de colores en donde la vida se manifiesta en su máxima expresión. Para mí, cada lugar tiene su propia energía, su enseñanza, su manera de mostrarnos lo invisible a través de lo visible.

Los templos: el corazón espiritual que nunca deja de latir

 Los templos de India son espacios donde el tiempo se disuelve. Al recibir a los grupos, me gusta guiarlos hacia el interior invitándolos a sentir la vibración antes de entrar. Les pido que enseñen a sus ojos a ver más allá de las apariencias y que permitan que la esencia del templo entre en ellos. Durante las ceremonias, el sonido de las campanas, los mantras y el aroma del incienso nos envuelven por completo. En ocasiones, cantamos juntos, dejando que la energía colectiva se eleve. Me emociona ver cómo, incluso quienes nunca habían meditado, encuentran en ese instante una conexión profunda con lo divino porque India tiene esa magia: no necesitas entender, solo abrirte.

Los palacios: la memoria viva de la belleza

Cada palacio de India guarda una historia de esplendor y sensibilidad. Muchas veces cuando  acompaño a los viajeros por los corredores del Palacio de la Ciudad en Jaipur o entre los reflejos dorados de Udaipur, y observo cómo la belleza transforma su mirada. En este país la estética va más allá de lo superficial, se está revelando a sí misma en todos los rincones. Personalmente, me encanta contar historias y explicar la simbología escondida en todo lo que vemos, y me doy cuenta cómo esto ayuda a los participantes a comprender cómo el arte y la espiritualidad se entrelazan en estas arquitecturas. Mientras caminamos por los patios o nos detenemos frente a un fresco antiguo, sentimos que lo sagrado también puede expresarse a través del detalle, del equilibrio, del color. Para mí, todos estos  lugares son maestros silenciosos que nos enseñan a mirar la vida con más conciencia y gratitud.

Los mercados: el alma alegre del día a día

India se expresa con más fuerza en sus mercados. Son verdaderos templos del color, del olor y del movimiento. Entre montañas de especias, flores, frutas y telas, la vida se manifiesta sin filtros. Me encanta llevar a los viajeros a estos espacios y observar cómo, poco a poco, su mirada se suaviza. Al principio, el bullicio puede abrumar, pero pronto descubren que bajo ese caos aparente hay un ritmo perfecto, una danza que conecta a todos. Sin duda, los mercados enseñan la humildad del presente: el arte de estar donde estás, de mirar a los ojos a quien te ofrece un chai o una pulsera hecha a mano. Son lecciones de humanidad, de cercanía y de alegría simple.

Cantar, meditar, compartir

Cada experiencia con Ramya & Tariq Spiritual Tours está tejida con momentos de introspección y conexión. Al caer la tarde, cuando regresamos de las visitas, solemos reunirnos en silencio o en canto. A veces llevo mi tanpura o mi harmonio, y dejo que los mantras fluyan como un puente entre nosotros y la energía del lugar. Estos instantes son mi forma de honrar la jornada y de agradecer por cada alma que llega hasta aquí. No importa si alguien ha practicado meditación antes o no, el sonido, la presencia y el amor hacen el resto.

India: un espejo del alma

 India es un país que te invita a soltar las expectativas, a rendirte a la belleza del instante, a dejarte transformar por lo inesperado. Cuando acompaño a los viajeros, no busco que “conozcan” la India, sino que se reconozcan a través de ella. Pienso que cada templo, palacio, calle o mercado en realidad refleja una parte de lo que somos: luz y sombra, caos y calma, forma y esencia. Y cuando al final del viaje nos miramos, con los ojos más brillantes y el corazón más abierto, sé que algo profundo ha sucedido: el alma ha recordado su color verdadero.

Con amor y luz,
Ramya
Guía espiritual – maestra de yoga y meditación